Tuberculosis

Es una enfermedad infecciosa y contagiosa, producida por el Mycobacterium tuberculosis, también llamado bacilo de Koch, que se transmite a través de la inhalación de microgotas suspendidas en el aire que contienen el bacilo, expulsadas por personas con tuberculosis pulmonar, o a través de las vías respiratorias por el esfuerzo espiratorio de toser, hablar, cantar o estornudar. Habitualmente la enfermedad se localiza en los pulmones, pero puede afectar prácticamente a cualquier órgano del cuerpo humano. La probabilidad de desarrollar la tuberculosis puede variar ampliamente y tardar varios años después de la infección. Se estima que alrededor del 10% de los infectados desarrollará la enfermedad; adicionalmente, existen factores de riesgo como la edad, el estado nutricional e inmunológico, que contribuyen al desarrollo de esta. 

Es una enfermedad considerada como uno de los mayores problemas de salud, al ser una de las enfermedades infectocontagiosas más letales y antiguas que afecta al ser humano y que posee una amplia distribución en el mundo, considerada la segunda causa de muerte a nivel mundial, por enfermedades transmisibles, con cerca de 2 millones de personas cada año. La tuberculosis es una de las enfermedades que más crece en casos nuevos en la medida que la brecha de inequidad en la sociedad aumenta; generalmente las personas más vulnerables a ser víctimas de la enfermedad son aquellos grupos que no tienen un acceso integral a la salud; por lo que se vuelve un círculo vicioso del cual no logran salir; esto, añadido a la alta capacidad de contagio del bacilo, hace necesario que cualquier acción para el control de la enfermedad se deba hacer con un enfoque multidisciplinario e intersectorial y sobre todo con énfasis en disminuir la brecha de la desigualdad, si realmente se busca controlar la enfermedad.